Necrológica.
Suena hoy en todos los corazones un réquiem que golpea como un rayo, estruendo vital, un llanto al vacío que desesperadamente sueña con un nuevo mañana. Siente tan doliente la cuchillada que ha roto un palacio cristalino. Una línea de tiza se dibuja en el gran muro que ahora es blanco, no quedan dedos para contar cuantos fueron los que en batalla lucharon, hoy más que nunca duele la vida y el lamento acongoja el alma vuele a resonar el trueno que cataliza el rugir de las olas. Llévatelo (Tú) que arrebatas y conduce a buen puerto a quien esta vez fue su yugo su martirio y ejecutor que nunca pudo con el peso de una existencia tan pesada. Duerme por siempre su esperanza en una pequeña pieza de madera. Grita ahora lo que nunca pudiste, por ti y por los que no pudieron.