Deberes.
Te debo un billete vuelta pero parece que compré el de ida y sin más te fuiste, lejos, tan lejos que ni tu perfume distinguía y es que desde entonces aquí solo huele a vacío humo gris que se filtra lento y silencioso, vacío profundo. Daños colaterales desde que te fuiste, enfermo, sin más síntomas que el de dormir solo cuando incluso estás cerca de mi.