París.
Bohemios y borrachos salen a las luces de una ciudad que brilla con un esplendor vanguardista como esas poesías con forma de reloj que hablan de como el tiempo pasa sin poder llevarse a la boca uno de tus besos , cuidadosamente escogidos de entre todos los amores que perdiste en el camino de ida. Y ahora paseas , por esas calles manchadas de vino y besos ,que tú misma diste en los inviernos más duros y en los otoños más grises , paseas y caminas dejando que las luces y la luna te roce mientras yo te escribo mil cartas que jamás llevan sello ni nombre. París, ahora camina bajo tus pies o tu caminas sobre ella , que más da si ya ni te veo... Ahora déjame decirte que tengo una guerra , que soy mal poeta y peor dramaturgo y que tengo miedo a dejar de quererte; déjame decirte que estoy en ruinas, que soy Roma , Grecia , Cartago todo en uno; déjame decirte que hace tiempo que yo mismo quedé sepultado y que yo me eché más piedras. Déjame decirte que te perdí aquí como en París.